SI ME PREGUNTAS CÓMO RECORDARME


Si me preguntases: ¿cómo me gustaría que me recordaras? Te diría:
Recuérdame sonriéndote cuando te acercas, cada vez que te veo en la distancia y me quedo quieta mirándote sin que tú apenas te percates o te des cuenta. Sonriéndote cuando me hablas, cuando me cuentas, cuando me miras. Sonriéndote cada vez que depositas un beso en mi cuando te vas, cuando llegas, cuando me das los buenos días o las buenas noches.
Recuérdame con los ojos cerrados mirando al cielo, dejando que el sol me abrace y sintiendo su calor, su caricia.

Recuérdame dejándome mojar bajo la lluvia, la que llega imprevista, sin avisar, da igual el momento, la época, el día, porque si nunca o has probado, hazlo, deja que el agua moje tus pelo y resbale por tus mejillas. 




Déjate mojar al menos alguna vez, algún instante en tu vida; lo que sientes es tan difícil de explicar que cuando lo vivas lo sabrás, es como si el agua de lluvia fuese lavándote por dentro con cada gota, purificándote, renovándote.





        
   
  
    

Recuérdame bailando al son de una música que suena, soñando con volar sin miedos ni ataduras, sin cuerdas que se enredan a nuestros cuerpos, solo la música, la música y yo, uno; mis pies y mis caderas marcando cada nota y mi pelo moviéndose al compás.





Recuérdame con la puerta abierta siempre para ti, esperándote hasta cuando llegas sin avisar, mi corazón no tiene fecha porque no dejé que los sentimientos por ti la escribieran. Por eso, mi puerta por ti siempre estará abierta. Mis brazos recogerán tu alegría y tu sonrisa cada vez que compartas conmigo tu felicidad.


 Mi pecho será tu reposo en tu tristeza, mis manos las que limpien tus lágrimas, mis labios te devolverán con mis besos tu sosiego y mi mirada tu sonrisa.
Recuérdame escuchándote en silencio, aconsejándote ante la duda.


Recuérdame paseando al lado del mar junto al agua de la orilla o sentada junto al río sobre el verde del prado bajo la sombra de un chopo, escuchando el cantar de los pájaros, o al final del sendero en un cómodo paseo, sentándome en los alto y divisando al fondo un mar azul junto a un cielo sin nubes.
















Recuérdame sonriéndote, porque fui feliz, porque amé la vida, porque te amé a ti y porque el amor no muere mientras el recuerdo viva.



  Sonríe, sonríe cada vez que me recuerdes, sonríe sacando la mejor de tus sonrisas.


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