¡¡BIENVENIDA PRIMAVERA!!

Foto del templo Kinkakuji, al fondo el Pabellón Dorado, de Kioto, Japón

Hoy hay cambio de estación, aunque en algunos lugares apenas se perciba y el invierno que se va aún permanezca a días en este llamado: «tiempo loco». Lo cierto es, que la entrada de la primavera revive los cuerpos lo mismo que reviven los campos, jardines y terrazas llenándose de flores. Aunque algunos digan que no les gusten las flores, bien es cierto que cualquier lugar florido, simplemente un balcón, nos saca una sonrisa y nos hace detener la mirada admirando por leves momentos tal gama de colores. 

La naturaleza cobra vida tras un largo y frío invierno, los días han dejado de ser obscuros y sinsabor, a veces, teñidos de cierta melancolía; ahora, el placer de pisar la hierba renacida de las praderas, la dicha de sentarse al pie del árbol cuyos brotes retoñan a la vida de nuevo un año más, o la dicha de cortar flores del campo haciendo un pequeño ramillete... resulta increíble pensarlo, pero todo ello lo trae una nueva estación y es, como si el entusiasmo aletargado del invierno despertara a la primavera.

Yo le doy la bienvenida, y lo hago con ésta poesía:

P R I M A V E R A

«Vísteme de flor», dijiste

haz que sea un capullo

de rosa blanca por las mañanas,

que mi tallo tenga espinas

que protejan mi hermosura.

Ser flor de lirio al mediodía

jaspeada de claveles

salpicada de violetas

rodeada de azucenas

y abrazada de gardenias.

Y cuando llegue la tarde

hazme el liliums más hermoso

que hasta el sol se enamore 

y me riegue de colores.

Y al atardecer del día

deja que sea el jazmín

para invadir mi jardín

de primorosos olores.

Y así durante tres meses

para que sea mi tierra

un estanque de colores,

cubierto, sí,

y de las más bellas flores.

Fotos de cerezos en flor en el Jardín Nacional Shinjuku-Gyoen en Tokio.

Las fotos corresponden a mi reciente viaje a Japón del cual espero hablar en los próximos días.