NOCHE VIERNES DE DOLORES


La noche huele a incienso
y el sonido de la carraca va golpeando
el silencio.

Pies desnudos que se arrastran
sin fuerzas ya por el suelo
cargando sobre sus hombros
el Paso del Nazareno.

Déjame que sea el paño
que limpie tu rostro a besos.

Tres caídas en la noche
lleva la Cruz al suelo,
lo mismo que aquella tarde
cuando crucificaron tu cuerpo.

Sale la voz que gime
de una saeta al viento,
que al Hijo de Dios le dieron
una lanza en su pecho.

Detrás llega tu Madre,
jamás vi dolor más grande
que el que vislumbra su rostro
alzando sus ojos al Cielo.

Quisiera arrancar del mundo
las espinas que los hombres
clavamos sin sentimiento.

La noche se vuelve negra,
la saeta se hace silencio,
y yo contemplo tus ojos
que se me clavan tan dentro,
y quisiera arrancarte
cada espina, cada clavo
que he dejado en tu cuerpo.



Noche Viernes de Dolores,
noche santa y de respeto.
Desnudos llevan sus pies
portando sobre sus hombros:
¡el Paso del Nazareno!

Déjame que sea el paño
que limpie tu rostro a besos.


 Imágenes de la Semana Santa Zamorana

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